La adolescencia ha sido vista como un momento de la vida trágico, difícil y conflictivo. En Vamos a Terapia pensamos que la adolescencia es un momento único, una oportunidad que nunca se vuelve a tener, una etapa de grandes y profundas experiencias y de grandes aprendizajes. Fomentamos también una adolescencia que no sea catalogada negativa sino positivamente, donde los adultos puedan recordar su propia adolescencia y darse la oportunidad para brindar a su hijo(a) las mejores condiciones para adquirir una perspectiva de vida sólida y segura.
Cómo reaccionar ante los cambios adolescentes
Una de las preguntas más frecuentes frente a las conductas de los adolescentes es: ¿Qué puedo hacer? Esta pregunta es frecuente debido a la dificultad de los adultos para encontrar una respuesta que permita la solución a los conflictos que se presentan con los adolescentes. Más aún, cuando los conflictos son intensos, cambiantes y frecuentes. En muchas ocasiones los padres y adultos se sienten frustrados porque nada de lo que hacen o dicen parece ayudar a que el adolescente se calme o tome decisiones diferentes. Lo que es común en los adultos es tomar medidas punitivas, restrictivas y a veces, amenazantes. Esto incrementa en lo general los conflictos con los adolescentes.
Un aspecto que los padres y adultos deben tener en cuenta es que, si bien, la norma en el hogar no se debe perder, los adolescentes están construyendo su propio lugar en la vida, su propia perspectiva del mundo y sus propias opiniones. Este nuevo lugar que están construyendo los lleva a entrar en conflicto con las figuras de autoridad (incluyendo los padres), ya que ellos les impiden llevar a cabo todas sus decisiones. Es por esto que, los padres tendrán un reto para regular la norma y la independencia que el adolescente reclama; regular sus expectativas y permitir que el adolescente cree por sí mismo (en relación con los demás) el tipo de persona que desea ser; regular sus propios temores con el deseo de libertad e independencia que quiere el adolescente. Aunque esto suene muy fácil, en la realidad es muy difícil porque el adolescente se enfrascará en discusiones a veces muy intensas con sus padres, lo que hace que haya un desgaste emocional en ambos. De todas formas, habrá que reconocer que el adolescente debe ser cuidado y protegido pero, también debe permitirsele espacios donde construya su identidad y su independencia.
Otro aspecto importante a tener en cuenta, es que, a veces los padres muestran mucho enojo y reaccionan punitivamente con sus hijos retirándoles el apoyo, el amor y el cuidado. Aquí es donde debemos tener presente que, independientemente de lo que haga el adolescente, los padres, hasta donde puedan hacerlo, deben mostrar apoyo, cuidado y amor. Esto, teniendo en cuenta que el adolescente está en proceso de transformación psicológica y social, lo que implica cambios emocionales y sociales que a veces son demasiado intensos y conflictivos, pero, aún así, la idea es que los padres nunca renuncien a proteger, apoyar y amar a su hijo(a) adolescente. La estabilidad en el amor y el apoyo de los adultos, le permitirá al adolescente consolidar su identidad con menos conflictos y menos sufrimiento.
Qué experiencias le ayudan a un adolescente a sentirse mejor
En Vamos a Terapia sugerimos que al adolescente se le deben ofrecer varias estrategias que le permitirán vivir su adolescencia sin conflictos que los dañen demasiado y pongan en peligro la construcción de su identidad, estos son:
- Comprensión incondicional: la entendemos como la manera de aceptar reflexivamente las conductas del adolescente. Si el adolescente se siente comprendido en medio de sus estados emocionales, puede tranquilizarse y estabilizarse con mayor facilidad.
- Apoyo frecuente: hay momentos en que los adolescentes se ponen en riesgo o presentan conductas lesivas. Se sugiere expresar apoyo al adolescente independientemente de sus conductas y conflictos emocionales.
- Normas sensibles: la norma en casa no se puede perder, pero, no puede ser la misma que se instauró en la infancia. Sugerimos unas normas adaptadas a la nueva etapa de vida del adolescente.
- Espacios de independencia e intimidad: el adolescente batallará frecuentemente por tener independencia e intimidad. Sugerimos promover estos espacios, ya que, es con los amigos y pareja que el adolescente consolidará dimensiones psicológicas estables que le permitirán mayores recursos para enfrentar la vida.
- Estabilidad en los vínculos: a veces el adolescente oscila entre estados emocionales, como los adultos (amor, odio, rabia, tristeza, envidia etc.). Se sugiere siempre que los adolescente no sientan que pierden el vínculo con sus padres u otros adultos por culpa de sus conductas o decisiones. El vínculo siempre debe ser estable y no verse amenazado por las excursiones que hace el adolescente en la sociedad.
- Fomento de habilidades: fomentar habilidades deportivas, artísticas, sociales y académicas. Estas habilidades serán factores protectores para un buen desarrollo a lo largo de la vida.