Con el auge del estudio de la infancia han surgido una cantidad de profesionales de la salud sugiriendo las maneras y las formas de educar a un niño(a), y proponiendo el ideal de un niño(a) saludable. Estas recomendaciones que encontramos por todos los medios escritos y virtuales olvidan un aspecto importante y es la singularidad de cada niño(a), que no tiene porqué parecerse a ningún otro o cumplir con unos estándares psicológicos. Los padres han estado cada vez más bombardeados por pautas de crianza y códigos para un desarrollo saludable, pero, en “Vamos a Terapia” promovemos la importancia de conocer, reconocer y amar la singularidad y especificidad de cada niño(a).
Lo importante es que los padres conozcan quién es su hijo(a), a qué le tiene miedo, qué lo pone ansioso, qué cosas lo motivan o lo hacen feliz, y desde lo que el niño(a) es, proponer alternativas para que crezca con buenos recursos emocionales, cognitivos y sociales. Los padres no tendrían que cumplir con tantos requisitos y pautas de crianza, o sentirse mal porque su hijo(a) no cumple con los ideales propuestos por los profesionales de la salud. Los padres deben estar orgullosos y satisfechos de sus hijos(a) por lo que ellos son, no por lo que les hace falta. En este sentido promover desde lo que el niño(a) es como persona la creatividad y espontaneidad.